Mensaje de Bienvenida

sábado, 16 de junio de 2012

Una carta para ella

Nota: Muchas gracias de nuevo a toda la gente que dedica una pequeña parte de su tiempo a leer mi blog,sin vosotros todo esto no sería posible.Se nota que estoy en Bachillerato y no puedo escribir tanto como antes,menos mal que sólo queda una semana y ya acabo los exámenes :). Desearme mucha suerte. Os dejo con el siguiente artículo que escribí para el segundo número del periódico de mi colegio.Espero que os guste,por lo que veo en el colegio está teniendo mucho éxito.¿Qué opinaís vosotros? ^^. ----------------------------------------------------------------------------- Dicen que somos millones de personas en el mundo y que pese a eso, a veces sólo necesitas a una. Sé que me necesitas, de la misma forma que yo te necesito. ¡Qué estúpido! ¿No crees? Me diste lo más grande y aún así yo sigo dependiendo de ti. Al contrario de lo que se pueda creer, no fuiste lo primero que vieron mis ojos, tardé en conocerte, mucho más tiempo de lo que se pueda pensar, te imagino detrás del pequeño cristal, esperándome con los brazos abiertos, observándome atentamente mientras una veintena de batas blancas me vigilaban sin descanso, imagino el dolor y la angustia que tuviste que pasar al llegar a casa y ver que yo no estaba contigo. Sin embargo, quiero creer que me diste la fuerza necesaria para continuar, porque sí, no podía irme sin conocerte, sin cogerte un dedo y aferrarme a él con todas mis fuerzas, ” para aferrarme a la vida” diría la abuela. Apenas levantaba un palmo del suelo y ya me llevabas de aquí para allá, en busca de lo mejor para la enfermedad que me habían diagnosticado cuando ya me encontraba cerca del año, el mejor médico, el mejor fisioterapeuta… todo lo mejor para la pequeña de la casa y yo siempre os lo agradecía de la misma forma con una sonrisa e irradiando felicidad allá por dónde iba, algo que asombraba a todos los que me conocían. Siempre he podido contar contigo, me has enseñado todo lo que sé y todavía hoy eso se nota, has sido y serás siempre más que una amiga, porque yo al menos, te considero así. Ha habido tantas veces en que dudaba de mí misma…, pero tus palabras siempre estuvieron ahí para ayudar, no importa el motivo, siempre me tendías una mano y me recordabas que no tenía que tirar la toalla, que yo era más fuerte de lo que pensaba. No dejo de preguntarme ¿qué sería de mí? ¿Dónde estaría? Si tú nunca me hubieras enseñado a que la frase “No puedo” no está en mi vocabulario. Por eso me gustaría darte las GRACIAS, por todas esas cosas que has hecho y por las que no se pueden contar. Gracias por enseñarme el valor de un beso, pero no un beso cualquiera, no, un “beso de madre”, de esos que sólo tú sabes darme, por la cantidad de noches que de pequeña pasabas a mi lado en las que decías que no debía tener miedo, que era sólo una pesadilla, por la cantidad de tabletas de chocolate blanco que me comprabas cuando salía de fisioterapia, muerta de cansancio con la excusa de que tenía que recuperar fuerzas, por recorrerte el mundo en busca del mejor tratamiento y operación para mis piernas. Gracias por enseñarme el valor de un abrazo y también gracias por simplemente permitir que existiera. Sé que te gustaría que fuera menos frágil e inocente en algunos aspectos, y que a menudo ejerces de abogada del diablo haciendo algún que otro comentario para que reaccione, pero en lugar de cumplir el objetivo que tenías pensado al principio, provocas en mí un enfado prematuro que no suele durar mucho más que cinco minutos. En fin, lo dicho, muchas gracias por todo, a papá y a ti, por hacer de mí cada día una persona mejor y ponerme cada día nuevos retos, que aunque al principio, me moleste, sé que lo hacéis por mi bien. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS MAMÁ!